Según la Organización Mundial de la
Salud, cuatro de cada 1.000 niños nacen con pérdida auditiva en el mundo. Las
pruebas de sensibilidad auditiva en neonatos cada año adquieren mayor
importancia ya que cumplen un papel fundamental en la prevención de la sordera.
Con talleres de sensibilización y
exposiciones magistrales la Clínica Rivas en el marco del desarrollo de la
Semana de la Otología 2013, impulsó la aplicación del uso de pruebas de
sensibilización auditiva en pacientes pediátricos, como una manera de prevenir
la pérdida auditiva, ya que la detección temprana marca la diferencia a la hora
dar con el tratamiento adecuado.
Según la Organización Mundial de la
Salud, cuatro de cada 1.000 pacientes nacen con pérdida auditiva. El uso de
pruebas de audición aplicadas a los niños recién nacidos ha contribuido a la
detección temprana de la hipoacusia o pérdida auditiva.
“En Colombia quisiéramos que se aplicara
con mayor frecuencia las pruebas de sensibilidad auditiva. Aunque el Sistema de
Salud permite estas pruebas, muchos padres de familia desconocen de este
procedimiento preventivo y no lo exigen al momento de nacer sus hijos”, destacó
la Doctora Adriana Rivas, Médica, Especialista en Audiología de la Clínica
Rivas.
Existen tres pruebas de audición
disponibles, iniciando por la de emisiones otoacústicas (EOA), que es la que
requiere menos colaboración de paciente, menos sensibilidad y especificidad, ya
que solo evalúa la cóclea(1). Segundo, los potenciales evocados auditivos
(PEA), que evalúan de manera completa el trayecto del sonido hasta el cerebro,
donde el equipo capta las ondas producidas en la vía auditiva; y tercero, está
la audiometría tonal, que es un examen interactivo y que también evalúa la vía
auditiva completa.
La importancia de la evaluación
audiológica de los recién nacidos, bajo la prueba de EOA, radica en que,
considerando la frecuencia de pérdida auditiva en recién nacidos (1.5 por cada
1000 nacidos y 3 por cada 1000 en recién nacidos con factores de riesgo), esta
evaluación orienta y ayuda al diagnóstico temprano de estos casos, permitiendo
darle al paciente una integración casi normal al mundo. Es por esto que se debe
realizar en todos los nacidos vivos, y puede realizarse desde las primeras 24
horas.
Una de las principales señales de
pérdida auditiva en infantes se presenta porque hay retraso en el proceso del
habla y esto puede ocurrir debido a una pobre capacidad auditiva. De ahí la
importancia de la detección precoz: esencial para lograr una rehabilitación
auditiva temprana y conseguir así que el lenguaje se desarrolle normalmente y
con él todas las posibilidades que esto conlleva.
Un niño que no escucha correctamente
tendrá una inadecuada interacción con su medio ambiente.
La Doctora Linda Hood, PhD. Departamento
de Ciencias de la Audición y el Habla de la Universidad de Vanderbilt, ha
trabajado por más de 10 años con neonatos las pruebas de sensibilidad auditiva
y reconoce que es un mecanismo de prevención eficaz. La Dra. Hood participó
recientemente de la Semana de la Otología 2013 con una conferencia denominada
“Estimación objetiva de la sensibilidad auditiva en pacientes pediátricos” en
la cual entregó mayores conocimientos a médicos y audiólogos asistentes.
La única forma confiable de evaluar la
audición es con exámenes auditivos y la evaluación debe hacerse todos los años
durante los primeros doce años de vida del niño. Hay estudios que demuestran
que los niños con factores de riesgos, aún teniendo en inicio audición normal,
pueden desarrollar pérdida auditiva tardía.
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