Las acciones a favor de su
estadía en la Casa de Miraflores pero en contra de la población, fueron el pan
de cada día, cerrando canales de televisión, expropiando empresas, limitando la
libre movilidad de sus compatriotas, obligando a los turistas a cumplir unos
parámetros de ingreso y salida de su país, que no tienen nada que ver con un
simple control.
Se crea programas que al
principio la gente más desfavorecida cree que es para ayudarlos, pero con el
tiempo se dan cuenta que es solo para controlarlos; llega a tal punto que
controla la salud, la alimentación, la educación, la salud y hasta el nivel de
natalidad de cada familia que viva en el territorio venezolano.
Se presenta nuevamente a
elecciones y vuelve a ganar de manera abrumadora, porque a diferencia de los
integrantes de la oposición, este burgomaestre mantiene unidos a sus
seguidores, con un discurso populista y haciendo creer a todos que nació para
este cargo y que es la victima de todo. Empieza a aislar al país del mundo
globalizado.
Durante todo este tiempo se
declara ferviente admirador y seguidor del Libertador Simón Bolívar, al cual le
rinde culto como si fuera un poco menos que un dios del Olimpo, en todas sus
alocuciones en cadena nacional tiene de fondo el cuadro del libertador, hace
cambiar el escudo de su país, donde el Libertador montado en su caballo miraba
hacia la retaguardia, ahora por disposición del presidente mira hacia el
frente. Cambia la bandera, donde le agrega una estrella más para completar
ocho, y cambia hasta el nombre del país.
Hace programas, en cadena
nacional, por radio y televisión, que duran horas y horas, donde habla de todo
y de nada, casi que auto alabándose, declarándole la “guerra” a todo aquel que
tan solo piense con estar en contra de su forma de pensar. Canta, declama
poema, evoca al libertador, todo en un solo monologo, unas veces en estudio, otras con público
debidamente entrenado para que aplaudan, griten y hasta lloren con cada palabra
que dirige perfectamente estudiada.
El mundo ve como este país
que era democrático y libre, empieza a consolidar una clase de Socialismo que
nada tiene que ver con lo que el mundo globalizado vive, y que por el contrario
lo retrasa a épocas que la historia quiere olvidar como la Rusia de los zares, la
Italia de inicios del Siglo XX o la Alemania de Hitler…
@NICOLASRINCON
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