jueves, 7 de marzo de 2013

EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER Mensaje de la directora del PNUD, Helen Clark



En este Día Internacional de la Mujer, imaginamos un mundo libre de violencia contra las mujeres y las niñas, un mundo en el que las mujeres y las niñas no teman ser atacadas en sus hogares o comunidades, uno en el que quienes piensen en atacarlas sepan que serán castigados por sus crímenes.
El lema de este año para el Día Internacional de la Mujer es “Una promesa es una promesa: acabemos con la violencia contra la Mujer”.
Y así es. Ha llegado el momento de acelerar las acciones para acabar con estos abusos. En 1995, en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, los gobiernos identificaron la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos y un “obstáculo para el logro de los objetivos de igualdad, desarrollo y paz”.
Pero la persistente prevalencia de violencia contra las mujeres  —hasta siete de cada 10 mujeres llegan a sufrirla en algún momento de sus vidas—  demuestra que las promesas de acabar con ella no se han cumplido.
Hoy es un buen día para reconocer y alzar la voz contra la calamidad que supone la violencia contra las mujeres. Pero tenemos la obligación de hacer más que eso.
La prevención y eliminación de la violencia contra las mujeres requiere liderazgo y voluntad política respaldados por acciones y recursos.
Requiere la aprobación y aplicación de leyes nacionales que aborden y castiguen todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas. Queda mucho por hacer en este aspecto: hay más de 35 países donde la violación conyugal no se considera como conducta criminal. Más de 630 millones de mujeres viven en países en los que la violencia doméstica sigue sin considerarse un delito.
Es preciso contar con enfoques integrados que permitan coordinar la acción de gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y sistemas legales y judiciales para garantizar que las víctimas reciben apoyo, tienen acceso a servicios de asistencia legal y a los sistemas de justicia, y que los autores reciben su castigo.

Comunicaciones PNUD 

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